28 de septiembre de 2014

El gran jefe ha vuelto




Volvió el gran jefe de la tribu del Manzanares. La más poderosa de la Liga. La tribu de los indios cholistas, los vigentes campeones. Volvió el gran jefe de todos los atléticos. El líder supremo. El guerrero legendario, el héroe, el ídolo, el mito... El espíritu rojiblanco. Volvió a lo grande. Porque los grandes siempre vuelven así. Y tú no eres grande Cholo. Tú eres enorme. Gigantesco. Colosal. El ambiente era el más propicio y esperado. El de las grandes ocasiones. El de los tambores de guerra. El que hace presagiar una gran batalla. Con un mosaico espectacular en la grada y las pinturas de guerra en los rostros de los aficionados. Todos prestos y dispuestos para alentar durante la contienda y empujar al equipo hasta el triunfo final. Una vez más volviste a hacerlo gran jefe Simeone. Volviste a inspirar a tus guerreros para que no bajaran la guardia ni un segundo. Para que sacaran toda su fuerza y su garra y no cometieran errores ya desterrados. Siempre en primera línea. Al pie del cañón. Dirigiendo con tu incomparable destreza a tus huestes rojiblancas hasta la victoria final. Aniquilando en la pradera verde a tu adversario hasta humillarlo
rematadamente y alcanzar la gloria. Una batalla contundente, rutilante, esplendorosa... Épica. Un golpe encima de la mesa para decir "¡aquí estamos!¡Y somos los campeones!". Un paso de gigante viendo todo lo anterior. Como muestra de tu grandeza y tu pericia en el arte de la guerra futbolística, quedará para la posteridad la obra de arte del segundo gol. Una estrategia sublime, soberbia, exquisita... Divina. Tan sólo digna de ti ¡oh gran jefe Cholo Simeone!. Tus guerreros son ya de por sí fuertes y bravos. Nunca se rinden aunque saben sobradamente que deberán batirse en desigual batalla y sufrir las artimañas de sus adversarios y las de sus apocados aliados. Y en esa desigual batalla se crecen y se hacen más fuertes todavía. Sólo porque tu los impregnas y los inundas venerado jefe. Los hechizas con tu espíritu indomable y los vuelves completamente invulnerables. Tú eres su gurú durante el zafarrancho y el espejo donde ellos se miran. Has vuelto adorado jefe. Todos te estábamos esperando. A partir de hoy nadie tendrá dudas. Ahora todos nuestros rivales nos temerán y nos respetarán. Porque todos saben que has vuelto, gran jefe Cholo Simeone. Y tu sóla presencia nos hace invencibles.



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